Asesinos Seriales
Gary Ridgeway
 

Durante casi 20 años, un puñado de agentes de la policía de Seattle se reunían todas las mañanas para repasar los expedientes, pistas y entrevistar a familiares de las 49 mujeres que fueron asesinadas en la ciudad y en el vecino estado de Oregón. Durante los años 80´s Gary Leon Ridgeway mejor conocido como el Asesino del Río Verde (Green River Killer) logro burlar a la policía por muchos años y es conocido como uno de los asesinos en serie más prolíficos en la historia criminal de los Estados Unidos.

Gary Ridgeway nació el 18 de febrero de 1949 en Salt Lake City, Utah hijo de Mary Rita Steinman y de Thomas Newton; fue el segundo hijo, de un total de tres. Fue criado en McMicken Height, Washington. Se sabe que su madre era absolutamente estricta y que dominaba con mano de hierro, especialmente a Ridgeway. Familiares recuerdan que su madre jamás lo quiso y que constantemente le gritaba a su esposo. Contrajo matrimonio en tres ocasiones y tiene un hijo. Ridgeway era un pintor al que interrogaron e investigaron profundamente por parte de la policía y al que no habían logrado culpar de los crímenes por que no había suficientes pruebas que le ligaran a las victimas, pero gracias al ADN, el 10 de septiembre de 2001, Ridgeway fue inicialmente detenido y acusado de asesinar a cuatro mujeres.

Durante años, Ridgeway formó parte de la lista de sospechosos, entre otras cosas, porque algunas prostitutas le denunciaron por intentar dejarlas inconscientes. Ante estas acusaciones, Ridgeway alegó haberlas atacado porque le habían hecho daño durante la práctica de sexo oral.

En 1984 pasó la prueba del polígrafo y en 1986 se negó a someterse a una segunda prueba. Ese mismo año declaró al FBI que llevaba 18 meses sin mantener relaciones con prostitutas porque le habían contagiado enfermedades venéreas al menos en quince ocasiones. Este punto podría ser cierto, ya que en la Marina le diagnosticaron gonorrea y una de sus novias lo dejó por contagiarle herpes genital.

Los investigadores determinaron que la saliva de una pequeña esponja que Ridgeway había mordido en 1987, durante una de sus múltiples visitas a la comisaría, tenía las características del ADN de los restos de semen encontrados en tres de las mujeres a las que presuntamente asesinó.

Los cuerpos de Opal Mills, Marcia Chapman y Cynthia Hinds, mujeres blancas y negras y algunas prostitutas, aparecieron semidescuartizados y ocultos entre la maleza del río y en diversos puntos cercanos a la autopista 99. Todas ellas fueron violadas repetidamente. El asesino había sido relacionado también con el cadáver de Carol Christensen, una mujer hallada muerta en un bosque de las afueras de Seattle, que también fue violada y brutalmente agredida.

Desde el verano de 1982 a marzo de 1984, se identificaron los cuerpos de 42 víctimas. Las otras siete son mujeres cuya desaparición fue denunciada y que la policía creyó asesinadas. Los cuerpos de las victimas aparecieron en el Río Verde y otras en los alrededores de la ciudad de Portland, en Oregón donde Ridgeway tenía familiares y amigos.

Según su confesión, antes de iniciar su carrera criminal analizó la trayectoria de otros asesinos en serie. A raíz de esta labor de documentación, llegó a la conclusión de que lo más sencillo era matar a prostitutas, porque eran presas fáciles de atraer sin despertar sospechas. Además, sus familiares tardaban más tiempo en denunciar la desaparición y, en algunos casos, ni lo llegaban a hacer.

Solía abandonar los cuerpos desnudos, mutilados y dejaba una señal para recordar los lugares donde iba amontonando los cadáveres para después hacer recorridos en automóvil por todas las zonas donde estaban los cuerpos, para regocijarse en el recuerdo de sus crímenes.

La mayoría de sus víctimas, prostitutas, chicas que se habían escapado de casa y drogadictas, fueron vistas por última vez en la zona de bares de la autopista 99 cercana al aeropuerto internacional de Seattle - Tacoma. Sentía un cierto odio hacia este grupo pero, sobre todo, lo que le movía era el deseo de disfrutar de sus servicios sin pagar.

Tras llegar a un acuerdo con la fiscalía que podría evitarle la pena de muerte en el Estado de Washington, revelo dónde estaban los cadáveres que todavía no habían aparecido. Ridgeway de 54 años se declaró culpable y dijo "He asesinado tantas mujeres que me cuesta acordarme de todas ellas", "quería asesinar a tantas mujeres que yo consideraba prostitutas" y añadió "Elegí a las prostitutas porque creí que podría matar cuantas quisiera sin ser atrapado".

El miércoles 05 de noviembre de 2003, la Corte Superior del condado King en Seattle, lo encontró culpable de 48 asesinatos aunque confesó haber matado a 71 y fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de reducción de la pena y a pagar una multa de $ 480.000 dólares.