Dinosaurios
Pentaceratops
 

Pentaceratops "Cara con Cinco Cuernos" es un género representado por una única especie de dinosaurio ceratopsiano ceratópsido, que vivió en el Cretácico superior, hace aproximadamente 70 y 65 millones de años, en el Maastrichtiano, en lo que hoy es Estados Unidos.

Medía aproximadamente 8 metros de longitud y 4 metros de altura, con un peso estimado de 5,500 kg. Como queda demostrado en su nombre, tenía cinco cuernos, pero sólo tres eran cuernos propiamente dichos. Poseía un cuerno situado sobre el morro apuntando hacia arriba, era corto y rechoncho pero bastante afilado; mientras que los otros dos cuernos que estaban situados sobre los rebordes óseos de las órbitas de los ojos, uno en cada una, eran muy largos, gruesos al principio y afilados al final, dirigidos hacia el frente. Parece que los otros dos cuernos eran como púas gruesas implantadas en los carrillos, pero que realidad estaban situadas en las bases laterales de su larga placa ósea.

Otros ceratópsidos presentaban también púas similares en los carrillos, aunque más pequeñas. Tenía una placa ósea muy decorativa en el cuello. Como sus parientes de placa ósea larga tenía grandes orificios o ventanas en el hueso de su placa del cuello. Las ventanas aligeraban el peso de la placa y la hacían más soportable. El borde lo jalonaba una hilera de protuberancias óseas muy vistosas. La placa en cuestión proporcionaba al este dinosaurio un atractivo más durante la estación de apareamiento, y el borde irregular probablemente le brindaba una defensa adicional contra los depredadores.

Cuando bajaba la cabeza, la placa quedaba en posición vertical, y el animal parecía aún más amenazador. A veces, usaba la asombrosa placa ósea del cuello para advertir a otros dinosaurios. Una rótula articulada unía la cabeza al cuello, lo que le permitía moverla con gran facilidad. Mirar de frente al dinosaurio ya resultaba amenazador, pero cuando movía de lado a lado la gran placa ósea del cuello, tenía que ser realmente terrorífico. Cabeceando arriba y abajo y de lado a lado, probablemente ahuyentaba a todos sus rivales, excepto a los más osados.

Si contendía con un congénere, probablemente entrelazaba los cuernos con los de su rival. Separando un poco las patas delanteras para aumentar su estabilidad, ambos dinosaurios empujaban y tiraban hasta que el más débil de rendía. Estaba bien dotado para enfrentarse a los grandes depredadores. Tenía unas patas musculosas muy fuertes, iguales a las de los rinocerontes actuales.

Podía hundir los tres mortíferos cuernos de la frente y del hocico en el blando vientre de un Carnosaurio, mucho más corpulento, e infligirle heridas profundas e incluso mortales. Tenía un estómago de gran capacidad, sostenido por fuertes costillas. Pastaba entre las plantas bajas, metiendo su larga cabeza entre el follaje. Con el afilado pico óseo, partía frondas de palmera de tallo largo. Utilizaba la lengua y los carrillos para empujar el alimento vegetal contra los dientes una y otra vez, hasta que quedaba bien molido y podía digerirlo con facilidad. Todos sus fósiles han aparecido en La Cuenca de San Juan, en Nuevo México, EE.UU.