Dinosaurios
Parksosaurus
 

Parksosaurus "Lagarto de Parks" es un género representado por una única especie de dinosaurio ornitópodo hipsilofodóntido, que vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 70 millones de años, durante el Maastrichtiano en lo que hoy es Norteamérica. Debe su nombre al paleontólogo canadiense William Parks.

Media alrededor de 2.5 metros de largo. Era uno de los mejores corredores en el mundo de los dinosaurios. Fue uno de los últimos supervivientes de una familia de ágiles y pequeños dinosaurios llamados hipsilofodóntidos. Estos veloces dinosaurios bípedos se han encontrado en todo el mundo, y a menudo se comparan con las elegantes gacelas actuales. En el cálido clima subtropical de aquel lugar, tenía vecinos mucho más grandes que él, como los hadrosaurios y algunos tiranosaurios.

Lograba sobrevivir entre los gigantes con los que compartía su territorio. Cuando fue encontrado, lo único que quedaba del dinosaurio era un cráneo incompleto. El cráneo quedó enterrado en la arena, apoyado sobre la parte izquierda, y es la única parte que se conservó. Por desgracia, la parte derecha quedó más expuesta y se erosionó hasta desaparecer. Era un dinosaurio poco pesado que corría con el estilo y la soltura de un atleta.

Los huesos de sus pies y espinillas eran largos, y los del muslo le ayudaban a proyectar las patas hacia adelante y atrás a gran velocidad. Podía acelerar mucho y dejar atrás a sus enemigos. Como sus parientes, probablemente tenía las patas traseras delgadas, con cuatro dedos provistos de afiladas garras para afianzarse al terreno al correr. Sus patas delanteras eran cortas, con cinco dedos, que probablemente tenían pequeñas garras para arrancar las hojas de las ramas.

La velocidad no siempre le basta a un pequeño herbívoro para sobrevivir. Necesitaba también una vista muy aguda para advertir las señales de peligro. Alrededor de sus grandes órbitas oculares tenía un anillo de huesecillos que sostenían el ojo y el párpado. Los expertos creen que le proporcionaba una vista excelente. Masticar la comida despacio y a conciencia ayuda a descomponerla y evita el dolor de estómago.

Este dinosaurio desarrolló un buen sistema de masticación. Tenía fuertes músculos en los carrillos y en las mandíbulas. Mientras mascaba plantas y hojas, éstas eran trituradas por una hilera de dientes estriados que tenía superpuestos a los lados de la boca. La comida era constantemente empujada sobre los dientes y hacia el fondo de la boca por sus carrillos carnosos, de modo que podía masticarla una y otra vez.