Dinosaurios
Dromiceiomimus
 

Dromiceiomimus "Imitador de Emú" es un género de dinosaurios terópodos ornitomímidos que vivieron a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 80 a 65 millones de años, entre el Campaniano y el Maastrichtiano, en lo que hoy es Norteamérica.

Medía aproximadamente 3.5 metros de largo, con un peso estimado de 100 y 150 kilogramos. Recibió el nombre porque se parecía al emú actual, un gran ave Australia incapaz de volar, pero este dinosaurio no tenía ni alas ni plumas. Aunque pesaba casi tanto como un panda gigante, podía correr a mayor velocidad que los depredadores más pesados.

Como sus parientes ornitomímidos, tenía los ojos muy grandes para el tamaño de su cabeza, Su aguda visión mantenía este ágil dinosaurio a salvo del peligro. Podía divisar un enemigo acercándose a gran distancia y escapar velozmente. Sus penetrantes ojos también resultaban muy útiles para localizar pequeños mamíferos e insectos de movimientos rápidos, y abalanzarse sobre ellos.

Si todos los dinosaurios fueran del mismo tamaño, este sería el que tendría los ojos más grandes. Tenía un largo pico sin dientes. Atrapaba los insectos voladores en pleno aire y a los pequeños animales terrestres que correteaban por el bosque, creyéndose a salvo. Podía comer una gran cantidad de alimentos distintos, incluyendo plantas. Utilizaba los bordes córneos de su pico para mordisquear bayas, semillas y frutos secos. También comía pequeños mamíferos, lagartos e insectos voladores.

Las patas delanteras eran cortas y finas, y estaban provistas de tres largos dedos. Probablemente sujetaba las ramas colgantes con sus garras y tiraba de ellas para acercárselas al pico. Con sus largas mandíbulas acabadas en punta podía arrancar los brotes más tiernos. A pesar de sus finas patas traseras, podía correr muy deprisa. Los expertos han estudiado sus huellas y creen que a veces alcanzaba los 72 kilómetros por hora, lo que lo convierte en uno de los dinosaurios más veloces.

Las garras de las patas traseras se afianzaban al terreno como los tacones de unas zapatillas de deporte. Al correr, la larga cola se mantenía rígida para equilibrar el cuerpo, de reducidas dimensiones. Tenía un cuello largo y flexible que sostenía su pequeña cabeza, y su cráneo era ligero, por lo que podía volver la cabeza con gran rapidez. Esto le proporcionaba una buena visión de lo que ocurría a su alrededor. Tenía el cerebro extraordinariamente grande para un dinosaurio, lo que significa que sus reacciones eran muy rápidas. Esto lo convertía en un formidable cazador. Combinaba las ventajas de su aguda visión, una rápida carrera y unas patas delanteras prensiles para sujetar a su presa con un solo movimiento mortífero.

Algunos dinosaurios se camuflaban para protegerse. El color y las manchas de muchos animales les ayudan a confundirse con los alrededores. Las liebres árticas son blandas cuando nieva, y las franjas de las cebras desorientan a los depredadores. El camuflaje puede ser útil para los cazadores, como los tigres, a fin de ocultarse de sus presas. Es posible que un dinosaurio desarmado como éste tuviera algún tipo de camuflaje que le ayudara a sobrevivir. Pudo alcanzar los 72 kilómetros por hora.