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Me llegan las cartas
y no sé leer
y, aunque me las trago,
no mancho el papel. |
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Un bulto veo venir,
sus pasos no hay quien los cuente,
y, cuando se acerca a mí,
meto mi cuerpo en su vientre. |
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Todos me pisan a mí,
pero yo no piso a nadie;
todos preguntan por mí,
yo no pregunto por nadie. |
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Vivo entre dos muros
que no pueden verse
y aunque no me doblo
me dobla la gente. |
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Venden pastillas y jarabes
para curarte de todos los males. |
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Alta y delgada,
cabeza brillante,
ilumina de noche
a los caminantes. |
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Por caminitos de hierro,
el gusano de metal,
en su barriga transporta
la gente por la ciudad,
llevándola por un túnel
en completa oscuridad. |
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Con sólo tres colores
ordeno a cada uno.
Si todos me respetan
no habrá accidente alguno. |
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El que la tenga que la atienda
y si no lo mejor es que la venda. |
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Tengo muchos pares,
te los puedes probar,
pero si te los llevas,
tendrás que pagar. |
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