Relaja tus ojos.
Si los tuyos amanecen abultados, rebana una papa, ponla en un recipiente con leche fría, guarda en el congelador por 10 minutos, saca y coloca una rodaja sobre cada ojo. Cuando se le quite lo frío, retira y pon otras. Repite una vez más la operación y listo, tus ojos se verán radiantes. |